“Algunos fabricantes ya no pueden sobrevivir en China, por el precio de un trabajador chino puedo contratar a cinco etíopes, en China ya nadie quiere hacer zapatos”- ZHANG Huarong
ZHANG Huarong es un ex militar, miembro del Comité de la Conferencia Consultiva del Pueblo Chino, controlada por el Partido “Comunista” Chino y actualmente propietario de Huajian Group, empresa privada dedicada a la fabricación de zapatos de mujer, que cuenta con más de 20.000 trabajadores y que desde 2012 está trasladando progresivamente la producción de China a Etiopía, donde ha creado la “Ciudad Internacional del calzado” una especie de campo de trabajos forzados donde los nuevos esclavos trabajan por los salarios más bajos del mundo, una media de 25 euros al mes, comen y duermen en contenedores de mercancía habilitados como “viviendas”, en la más pura alienación que señalara Marx, sobre la transformación de las personas en mercancía, favorecida por un gobierno etíope corrupto que ni siquiera ha establecido un salario mínimo.
La mercancía producida en Huajian (entre otras, produce zapatos para la marca de la hija de Trump, Ivanka) es transportada desde la capital Addis Ababa a través de un nuevo ferrocarril construido por los chinos para la exportación hacia el puerto del Mar Rojo de Yibuti, pequeño país en el que los neocolonialistas asiáticos han establecido una base militar.
Un gran contraste y retroceso en comparación con la situación que vivió el sector textil durante la revolución etíope y los años del gobierno socialista de Mengistu, antes de ser derrocado por un golpe militar tras 17 años de resistencia ante el acoso y guerra impuestos por los imperialistas, durante los cuales la principal fábrica textil del país “Akaki”, propiedad al 50% de la familia del dictador Selassie y de empresarios hindúes, que habían asesinado a cerca de un decena de sindicalistas en el pasado, fue nacionalizada por la revolución y gestionada por un sindicato, el cual nombraba al administrador y protegía la fábrica con su propia milicia, y donde se estableció por primera vez la asistencia sanitaria gratuita, permiso de maternidad, seguro por enfermedad, y la reserva de una parte del horario laboral para la discusión política mediante asambleas, que además superó en un 10% su producción con respecto a su anterior periodo capitalista y que se uniría a otras cuatro empresas textiles nuevas creadas por el Estado socialista de Mengistu.
Las fábricas textiles chinas también se han movido a otros países asiáticos donde pueden incrementar su nivel de explotación y por tanto de beneficios, como Bangladesh, Camboya o Filipinas.
Rosa Dada, de Four Seasons Fashion Limited, un fabricante chino de prendas de vestir, dice: “En mi fábrica en China, el salario de los trabajadores ha aumentado constantemente en los últimos años, ha alcanzado alrededor de 400/500 dólares al mes por trabajador. Si sigo produciendo allí, nuestro negocio desaparecerá. En Bangladesh, el salario mensual promedio para los trabajadores de prendas de vestir es de alrededor de 70/100 dólares. Si produzco aquí, el precio es mucho más competitivo. Hace unos años, solo el 5% de mi producción de fábrica era para el mercado chino, ahora ha subido hasta el 20%”.
El neocolonialismo chino también se ha centrado en los recursos minerales extranjeros, sus prácticas depredadoras compiten con los imperialistas europeos y norteamericanos en países como el Congo, con una de las rentas per cápita más bajas del mundo y miles de desnutridos, las empresas Chinas se reparten junto a Suiza el monopolio de la extracción y procesamiento de cobalto. En Zambia los abusos laborales de empresarios chinos han sido notorios y derivado en conflictos en las minas de cobre y carbón; en 2010 gerentes de la mina de carbón de Collum de propiedad china, dispararon contra mineros durante una protesta laboral dejando 11 heridos de bala, en 2012 un gerente chino de la misma mina moriría a manos de los mineros en medio de enfrentamientos producidos durante una huelga por el incumplimiento de los chinos de implementar el nuevo salario mínimo dictado por el gobierno. En 2013 el gobierno de Zambia tomaría el control de la mina ante el reiterado incumplimiento por parte de los propietarios chinos de las normas de seguridad laboral y medioambiental.
La orientación actual de la economía china está dirigida claramente hacia la obtención máxima de ganancias y no a la producción socialista planificada para cubrir las necesidades de la población, no produce mercancías para el uso, sino para el intercambio y la consolidación de una sociedad de consumo emulando a la occidental. China registra actualmente el mayor número de nuevos multimillonarios del mundo y es el país donde la marca alemana de coches de lujo Porsche vende más unidades, a pesar de todos estos datos algunos ilusos todavía sostienen que en China hay un “socialismo con características chinas” o “socialismo de mercado” y fabulan sobre “el desarrollo de las fuerzas productivas” y el control estatal de ciertos sectores de la economía en una especie de NEP eterna…